El Colegio Profesional de Psicólogos de la provincia de Salta advierte a la comunidad

El Colegio Profesional de Psicólogos de la provincia de Salta advierte a la comunidad

En un contexto de creciente fragmentación social, de cultura de mercado y globalización, de pérdida de valores e ideales y lazos fugaces, donde las personas están sometidas a exigencias e ideales inéditos de autonomía y presionado a estar en un constante estado de performance, se proponen hoy numerosas ofertas, muy poco serias y rigurosas desde el punto de vista científico, para responder a diversas situaciones cotidianas que exigen respuestas “adaptativas”; surgen prácticas aún no consideradas dentro del ámbito de la Psicología como “Flores de bach”, “tarot”, “banda virtual gástrica”, “campos energéticos”, “reiki”, “cuencos tibetanos”, “coaching”, entre otras terapias alternativas.
De acuerdo a la aparente simpleza de las llamadas terapias alternativas, que incluso puede ser ejercida por personas sin título universitario, que detenten otra profesión o por cualquier individuo que se haya sometido a esa intervención, suele generar una cierta popularidad, confundiendo esa expansión con otorgamiento de alguna especie de reconocimiento y de validación públicos.

En esta era de lo inmediato, del zapping y la obsolescencia precoz de todo, han proliferado las terapias alternativas que buscan acallar los síntomas, usando el consejo, la sugestión o la “magia”, y despojan a la persona de la aptitud para poder esclarecer los problemas, y superar la angustia, el miedo, la desazón.

Las explicaciones mágicas, simplistas y milagrosas, existieron durante toda la historia. El tema a considerar es por qué encuentran eco y la respuesta es muy compleja. Por un lado, la duda, que es lo que la ciencia propone, perdió históricamente terreno frente a respuestas seguras, aunque sean falsas; por el otro las teorías conspirativas, aquellas que van en contra de algo, tienen una fuerza impulsora que evolutivamente siempre fue muy potente. En la época actual se lanza a los niños como adultos antes de tiempo y se les exige largas jornadas escolares desde épocas muy tempranas de la vida. Así, padres y docentes suelen suponerse fracasados si los hijos o los alumnos no cumplen con el éxito que la sociedad demanda.

En estos tiempos vertiginosos, se le exige a la niñez y a la adolescencia “rendimientos”, “producciones”, que permitan incluirlo en el mercado exitosamente. Al no ubicarlos en un proceso de crecimiento, se ejerce sobre ellos una violencia. Y si el niño no responde a lo esperado aparece otra violencia: se lo considera “deficiente”, discapacitado. Y se atacan sus soportes identificatorios.

En el campo de la seudociencia es posible pensarse dos grupos: “…aquellos como la astrología, donde si una persona le quiere hacer caso al horóscopo es su vida; y las que tienen impacto público” (Susana Pedrosa, investigadora del Conicet). Tal es el caso de la Psicología, entre otras disciplinas, que de acuerdo a lo que establece el Art. 43 de la Ley 24521 de Educación Superior, deben estar reguladas por el Estado, en tanto su ejercicio pudiera comprometer el interés público poniendo en riesgo de modo directo la salud, la seguridad, los derechos, los bienes o la formación de los habitantes , pasa a ser diferente.

La formación académica de los profesionales psicólogos está regulada por los estándares aprobados en concordancia con las actividades reservadas al título de Psicólogo o Licenciado en Psicología, respaldadas en las leyes de ejercicio profesional y en la Resolución 343/09 del Ministerio de Educación de la Nación, que se sostienen y fundamentan en distintos modelos teóricos, pero que son específicamente psicológicos y validados científicamente.

Advertimos a la comunidad sobre estas prácticas, que proponen soluciones rápidas que obstruyen la capacidad de la persona de poder resolver determinada situación o poder superar el miedo y enfrentarse con su dolor, no se encuentran dentro de las prácticas reconocidas en el ámbito de la Psicología y menos se encuentran avaladas por la comunidad científica.

El avance de estas creencias no es inocuo, tiene un impacto inmediato porque atacan el pensamiento crítico de una sociedad, que se acostumbra a pensar sin “evidencias científicas”, volviendo al pensamiento mágico.

Colegio de Psicólogos de Salta
Comisión Directiva
Lic. Irma Silva
Presidente